El sistema que hemos construído
¿Hasta qué punto el sistema que hemos construido está “bien”?
"Las
personas comunes y corrientes se sienten pertenecientes al mundo que los
rodea, ya que el proceso educativo los ha transformado en adultos que
se sienten espiritualmente ligados a su sociedad. Sin embargo, esto no
ocurre con los individuos cuyas inclinaciones temperamentales no son
aprovechables por su sociedad y que, en ocasiones, ni siquiera son
tolerados por ella."
- Margaret Mead
Todos
y todas sabemos que pertenecemos a un sistema que nuestros
antepasados han construido y que con el paso del tiempo y ayuda de la
evolución, la tecnología, la religión, la economía etc. se sigue
manteniendo y reproduciendo.
¿Cuántos
de nosotros y nosotras hemos sentido alguna vez que no pertenecemos a
ese sistema o por lo menos hemos tenido ese sentimiento de no querer
seguirlo haciendo?
Pareciera
que esas personas que en algún momento se sentaron en una mesa
(redonda o cuadrada) planeaban (o tal vez no) construir algo tan
grande que se reprodujera automáticamente a través de la
generaciones. Y creo que esas mismas personas eran unos grandes
soñadores, así como lo que cuestionamos ese
sistema.
No
tengo ni idea que era lo que pensaban, imaginaban o soñaban esos que
decidieron organizar sus ideas para meterlas en pequeñas cajas que
iban a introducir en la mente de sus conejillos de indias, no estaba
ahí. Tampoco sé si lo hicieron con la intención de robotizar a las
personas para mantener un mejor control sobre ellas, olvidando (o
dejando) a un lado las emociones y los sentimientos.
Como
estudiante de Relaciones Internacionales (sí, soy parte del sistema
con el simple hecho de haber asistido a una casa de estudios en donde
iban a darme un título por mi tiempo y dinero invertido) entiendo
que es necesario un orden en nuestras sociedades. Es necesario tener
reglas que eviten que nos matemos unos a otros, que nos permita
respetar el espacio del otro y que evite que pueda ir por ahí
golpeando a quien yo quiera por el simple hecho de que me cae mal.
Pero, ¿hasta qué punto lo que nuestra especie ha construido a lo
largo de los años y generaciones es “bueno” o nos hace algún
bien como seres humanos?
Nos
han acostumbrado, desde muy pequeños/as que todo lo que queremos
tiene un tiempo o un momento, nos han cuadratizado (de la palabra
cuadrismo) nuestros pensamientos y nos han metido en la cabeza que
“el fin” de nuestra vida es ser “alguien” y que solo lo
podemos lograr a través de un título, de adquisiciones materiales,
a través de estar siempre sobre los demás, de ser el mejor de la
clase, ser el empleado del mes, ganar un buen salario, muchos
reconocimiento entre otras acciones. Y en todo esto ¿dónde quedan
mis sentimientos y mis emociones? ¿Qué tal si lo que yo quería de
pequeña era ser bailarina o escritora, pero que por miedo a quedarme
sin qué comer, decidí estudiar medicina porque es con lo que iba a
ganar más dinero e iba a poder comprar lo que yo quería? ¿Qué tal
si ir a la universidad y estudiar años y años por una licenciatura,
maestría o doctorado no es lo que me hace feliz o me hace sentirme
completa?
Pues
aquí estoy, por alguna razón escribiendo estas cuantas palabras.
Porque hasta ahora, asistir a un colegio privado, ir a una
universidad privada y los trabajos que he tenido no me han hecho
feliz. Y no estoy siendo mal agradecida con mis padres, para nada. Sé
todo lo que han sacrificado por el bien de mis hermanas y el mío,
hasta estoy segura que han dejado de un lado sus propios sueños por
creer que estaban cumpliendo los nuestros. Se los agradezco miles,
les debo el hecho de estar aquí y atreverme a ser la persona que soy
a mis 26 años, y ahora que ninguna de sus hijas viven en casa, les
invito a ser nuevamente libres de volver a soñar, lograr y hacer lo
que siempre han querido.
Regresando,
en los últimos días me he sentido frustrada porque siento que en
algo falló este sistema. Se le olvidó desenterrar esa Semilla de la
Duda de mi cabeza. Esa semilla que no me deja adaptarme a esta
realidad porque todo el tiempo estoy observando cosas en donde la
mayoría de personas no pierden ni un segundo de su día. Me estoy
preguntando el por qué de muchas cosas, me estoy preguntando si de
verdad soy feliz, si de verdad vale tanto la pena tener que cortarles
las alas a nuestros sueños porque creemos que no son posibles. Me
estoy preguntando si soy yo la que está mal o si llegará también
el momento de poderme adaptar a ESTO.
Y a la
vez me he vuelto tan adulta que me preocupa no poder encontrar
estabilidad en mi vida, cuando antes eso de ser libre y de no tener
ataduras era lo que me impulsaba a soñar, crear y vivir. No estoy
diciendo que tenga problemas de aceptar responsabilidades o que
padezca del Síndrome de Peter Pan, ni tampoco incitando a que
ustedes lo desarrollen. Lo que pretendo, además de expresarme, es
que por un momento nos paremos a pensar a que si lo que hasta ahora
hemos logrado en nuestras vidas ha sido porque nosotros queríamos o
era para complacer a un sistema. Y si es lo segundo, ¿no sentimos
felices? Y si la respuesta es no, ¿creen que pueda ser razón por la
cual nuestras sociedades se encuentren tan deshumanizadas, les valga
un pepino lo que sintamos mientras produzcamos para luego consumir?
¿Creen que la falta de felicidad en las personas sea razón por la
cual la violencia se haya vuelto parte de nuestra realidad y vivamos
manipulados por el miedo que día a día nosotros mismos alimentamos?
Nacemos
en un lugar en donde ya venimos con un propósito creado por alguien
más. Nos obligan a creer en un dios, nos obligan a aceptar conductas
sociales que no son correctas, nos obligan a callarnos y a bajar la
cabeza, nos venden basura para comer con una linda publicidad así
como nos obligan a ser felices con algo que no queremos. Pero soy
libre. Soy libre de ver, creer y aceptar lo que quiero, pero cállame
que nadie quiere saberlo, porque a nadie le importa. Soy libre de
opinar, de elegir mi orientación sexual, pero cállame porque eso
está mal y doy vergüenza.
¿Entonces
que tan bien nos ha hecho crear un sistema en donde todos tenemos que
ser diferentes pero cortados con la misma tijera para vernos iguales?
Si ni siquiera puedo ser lo que quiero ser, porque soñar no me
llevará a ningún lado. Porque una escritora se muere de hambre,
porque un artista se muere de hambre, porque una bailarina se muere
de hambre y la única manera de no morirte de hambre en el futuro, es
morirte de hambre durante unos 5 a 7 años en la universidad, salir
con un título, para luego irte a topar con la mierda de realidad que
mientras tu te preparabas, habían otros que adquirían experiencia y
por lo tanto tu título no vale, al menos que le agregues una
maestría, un doctorado y 10 años de experiencia.
Este
sistema que con tantas pinzas han construido los que siempre se han
mantenido arriba, es para eso, para mantenerse siempre arriba. No nos
dejan morir de hambre, pero tampoco nos dan nada más, porque somos
quienes mantienen vivo el sistema y si nosotros morimos, ellos mueren
también.
No soy
una persona negativa, de hecho soy muy soñadora. No pretendo cortar
alas, ni decirles que dejen de estudiar lo que están estudiando, no
me toca ni a mí, ni a nadie más decidir por ustedes. Estoy
escribiendo porque en mi mente inquieta surgió esa duda y porque sé
que ahí afuera hay otros como yo, además de que cuentan con esa
pizca de valentía que les ha llevado ya a poner un pie fuera de la
caja a su propia manera, algo que muchos todavía estamos encontrando
la forma de cómo hacerlo.
Y creo
que una de las formas, es abrir los ojos para poder despertar y
aceptar que somos simples seres humanos y que muchas veces dejamos de
un lado las emociones y sentimientos por miedo. Con el simple hecho
de darnos cuenta de ese lado de nosotros, podemos estar ayudando a
que el sistema tome otra cara y que las siguientes generaciones
puedan ser un poco más humanas.
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