Con la mochila a los hombros por cinco días: Un relato del Camino de Santiago de Compostela - Sarria
Una mochila y una promesa
Finalmente había aceptado que Jony había muerto. Después de leer una y
otra vez el artículo sobre el accidente, contactar a las personas que podrían
darme una respuesta e intentar cambiar mi boleto de avión para Guatemala, sin
éxito, lloré. Lloré todo el fin de semana y estuve pendiente a cada mensaje que
mis amigas me enviaron estando en su funeral. Una de ellas me dijo que le pondría
una flor en mi nombre.
Me gusta creer que estamos hechos de energía y que cuando morimos esa
energía queda un rato aquí, para luego regresar al universo o de donde
vengamos. Eso sentí cuando Jony dejó físicamente este mundo. Lo sentía aquí y
algunas veces lo sigo haciendo.
Unas semanas después tuve una pequeña participación en el espacio de un
amigo que se llama “Relatos”, Jony estuvo ahí en el momento que decidí escribir
mi borrador para la presentación, él me inspiró. Sentía que tenía algo que contar para inspirar
a las personas a seguir vivas, era mi regalo para él. En el momento que
escribía, decidí que no seguiría posponiendo más el plan de caminar hacia
Santiago de Compostela, lo íbamos a hacer juntos así como lo habíamos dicho,
solo que quien iba a caminar era yo.
De Madrid a Lugo y de Lugo a Sarria
Salí el 17 de junio a las 7:00
a.m. en un bus que me llevaría de Madrid hacia Lugo. Me tomó seis horas, las cuales
no sentí porque la mayoría del tiempo iba acompañada de mi música y media
dormida. Cuando llegué a Lugo, tuve aproximadamente una hora para esperar el
bus que me llevaría a Sarria, en donde empezaría mi aventura de cinco días.
Antes de haber estado en España,
estuve visitando a una buena amiga en Londres. Ahí conocí a un chico, con quien
pasé tiempo en los momentos que mi amiga tenía que trabajar. Sí, mi amor de
verano y quien casualmente tenía el mismo nombre que la persona que inspiró
estas letras. Este chico me regaló una pequeña libreta y una pluma, los cuales
me acompañaron en el camino y me ayudaron a registrar algunos pensamientos.
En mi hora en Lugo, busqué un
cajero y un supermercado para comprar algunas cosas que por mi inexperiencia de
viajes con mochila no sabía que podía necesitar. Además, tuve poco tiempo en
Madrid y una noche de fiesta con mis amigos, que no preparé bien mi mochila y
olvidé algunas cosas en mi maleta. Después
de las compras busqué un lugar en donde tomar un café y comer un bocata de
jamón serrano en lo que esperaba el bus. En este viaje habrán muchas historias
de comida, en Galicia se come riquísimo.
El bus hacia Sarria duró unos 30 o
40 minutos. Llegué como a las cuatro de la tarde, bajé del bus, tomé mi mochila
y me di cuenta que no tenía idea de cómo empezar y hacia donde ir. Estaba sola,
en un lugar donde no conocía nada, pero estaba emocionada. Empecé a caminar y
seguí a algunas personas que también parecían que empezaban con el camino. Paré
en un bar y mi primer contacto fue el dueño del lugar a quien le pregunté en donde
estaba el “Albergue Don Álvaro”, me invitó a pasar y que me tomara algo, para
luego seguir.
El albergue estaba subiendo una
colina, que me costó el mundo subir. Iba cansada y desvelada de la noche
anterior en Madrid ¡Si solo hubiera sabido que esa colina no era nada a comparación
de lo que me esperaba! Luego de dejar la parte “moderna” de Sarria, entré al
centro e inmediatamente encontré el albergue. Era mi primera vez viajando de
esta manera. Los señores me atendieron de lo más lindo y la señora era bastante
habladora, pero amable. Me mostraron mi cama, me quité la ropa que llevaba y
salí a explorar un poco. Era un día muy caliente.
Llegué a la iglesia principal en
donde entré y en un pequeño cuartito al lado izquierdo del altar, estaba una
señora que entregaba las credenciales para los peregrinos. Le expliqué que era
novata, me entregó el pequeño “pasaporte” con mi primer sello oficial y me dio
la bienvenida al Camino de Santiago de Compostela.
Al salir de la iglesia, celebré
el inicio de mi aventura con una Estrella de Galicia muy fría. Me senté en la
terraza del bar, que quedaba enfrente de la iglesia y le envié fotos a mi
familia y algunos amigos para decirles que había llegado bien. Abrí el libro
que escogí para el viaje, 1984, que lo había comprado por cinco libras en
Londres y decidí esperar que el calor bajara un poco. Al lado de mi mesa una
mujer se desmayó. Sí, así de caliente estaba ese día.
Cuando bajó un poco el sol decidí
caminar para el otro lado del pueblo y buscar opciones de comida. Ese día las
personas estaban preparando alfombras de flores en las calles de Sarria para el
Corpus Christi, mi llegada y el inicio de mi aventura estaban siendo mágicas y
luego que el sol bajó un poco, la tarde también lo fue. Al lado de mi
albergue había una pizzería que se miraba súper chula, decidí tomarme una ducha
primero y luego regresar para cenar ahí.
Al momento de regresar a la
habitación, dos chicas habían tomado las camas que quedaban vacías. El dueño
nos presentó. Al principio, ellas no se enteraron mucho de mí, ni yo de ellas.
Platicamos un poco pero, luego yo fui a la ducha y ellas se quedaron arreglando
sus cosas. La vida te da muchas sorpresas bonitas y algunas de ellas las puedes
encontrar en el camino de Santiago.
Mi primera cena, quería estar
sola. No me esforcé mucho en hablar con alguien, quería escribir y quería leer,
además de probar el vino de la región. Fue genial, la tarde era mágica, la
comida estaba deliciosa y había música de fondo que de alguna manera me daba la
sensación de que ese viaje iba a ser inolvidable. Además, desde algún sitio del
universo me acompañaba Jony y lo imaginé ahí sentado riéndose conmigo como lo
hacíamos en un restaurante, en una mesa de la universidad o en la mesa de la
cocina de su casa. – Y vos que tanto la pensaste. Te va a gustar, ya vas a ver.-
Me lo imaginé diciendome. Sonreí varias veces porque mi cabeza no dejaba de
vagar en los recuerdos y en las cosas que él hacía que me ponían contenta. Me
hubiera gustado poderle dar un abrazo y expresarle lo emocionada que estaba por
el día que nos esperaba. Pero ahí estaba yo, sentada en una mesa escribiendo
sobre el tiempo y como la vida pasa y nosotrxs la ignoramos como si fuéramos eternxs.
Luego de cenar me empezó a ganar el cansancio y a las 10:30 de la noche, con un poco de luz todavía afuera, me metí
en la cama. Estaba un poco paranoica por estar en una habitación con personas
desconocidas, escuchando los ronquidos de alguien que se sentía más cómodo que
yo, pero mis pensamientos y emociones sobre lo que me esperaba se fueron
mezclando con el cansancio del día y me quedé dormida, hasta que los primero
peregrinos fueron despertando alrededor de las 5 de la mañana. Era un nuevo día y
mi pequeña aventura estaba por comenzar.
....Buen camino
Nota: Todas las fotos fueron tomadas por mí, durante mis días en el Camino Francés.
Hola, Mar!
ResponderEliminarMe he emocionado mucho leyendo tu crónica, no solo por el recuerdo de Jony, sino por la entrañable narración que haces de esta experiencia.
Vivo en Galicia desde que tengo 9 años y estudié en Santiago de Compostela mi carrera universitaria. Durante cinco años, tuve la suerte de pasearme por las maravillosas calles de la ciudad, bajo la lluvia constante, viendo a los peregrinos llegar mientras derramaban lágrimas de emoción por haber terminado el Camino. Creo que es una vivencia inolvidable, única, y me alegro de que hayas podido cumplir ese sueño compartido.
Lo dicho, que me he emocionado leyendo tu entrada. Estaré al tanto para seguir los siguientes pasos de tu aventura.
Un saludo,
Sofía.
Hola Sofía. ¡Qué alegría que te haya gustado! Santiago de Compostela me encantó muchísimo y haber llegado se sintió maravilloso, el camino ha sido una de las cosas más bonitas que he hecho en mi vida y a pesar, que la idea original era que Jony estuviera físicamente ahí, entramos juntos a la plaza. Además que Santiago es super chulo como ciudad y Galicia es increíble, además que adoré la comida. No puedo quejar, es increíble como hace unas semanas estuve caminando por aquellos lados ;) Gracias por seguirme, la idea es ir subiendo poco a poco mis relatos. Un abrazo <3
EliminarPor cierto. No sé si viste la primera parte. Aquí te la dejo: https://marpilz.blogspot.com/2017/07/con-la-mochila-al-hombro-por-cinco-dias.html
EliminarPues no la había leído, así que me dispongo a ello :)
EliminarUn beso.