Con la mochila a los hombros por cinco días: Un relato del Camino de Santiago de Compostela
Soñar, planear, vivir
Dedicado a Jony Maldonado y a todos los peregrinos que nos topamos en el camino hacia Santiago de Compostela
Hace unos años en un restaurante
de Guatemala dos amigos y yo hacíamos planes para hacer juntos el camino hacia
Santiago de Compostela. Otro amigo que conocía mis ganas de hacerlo, me había
regalado una guía. Además de la guía, los deseos, sueños e historias pre
inventadas sobre lo que iba a pasar mientras camináramos, no teníamos nada más.
Tampoco sabíamos nada sobre el camino, y no sospechábamos las vueltas que daría
la vida de cada uno de nosotrxs tres.
Durante los siguientes días Jony
y yo seguíamos pensando en cada centavo que debíamos ahorrar para pagar el
viaje y los gastos. En manera de broma yo tomé un frasco vacío de algún
producto y le puse un pequeño rótulo que decía “Camino de Santiago de
Compostela” ahí pretendía meter cada Quetzal extra que tuviera. En esos años todavía
era estudiante en la universidad, por lo que los Quetzales que sobraban a final
del mes, eran casi nulos. El tiempo pasó y el frasco se fue quedando medio vacío,
el plan se fue aplazando, cada quien siguió con su vida, pero creo que la idea
de caminar hacía Santiago de Compostela seguía dentro de cada uno.
Tiempo después de hacer ese plan
yo decidí migrar a Nicaragua, a probar la vida en el país donde había nacido.
Me despedí de mis amigas y mis amigos. Lloramos y reímos y tuvimos más de una
despedida en donde compartimos cada memoria que habíamos vivido juntxs.
Jony se casó y tuvo una hija, Marivi
siguió la universidad y el trabajo, yo seguí algo que me llamaba hacia
Nicaragua. Seguimos en contacto y con Marivi volvimos a vernos en Guatemala y
Nicaragua. A Jony no volví a verlo, hasta que en este junio del 2017 lo
encontré varias veces en mi camino de Sarria hacia Santiago de Compostela.
Jony era de estos amigos a los
que no les hablas todos los días, pero que sabes que están ahí en cualquier
momento y cuando llega el momento de verse otra vez, es como si nada ha
cambiado. Nos conocimos en la universidad, mientras yo entrenaba con mi equipo
de animadoras. Era nueva en el equipo y resulta que por mi tamaño estaba “destinada”
a ser flyer. Jony era un tipo flaco pero con músculos marcados, media
aproximadamente 1.78 metros, tenía ojos que cambiaban de azul a verde, adoraba
estar al aire libre y los deportes que pudiera practicar afuera. Adoraba
escalar, la bicicleta y a sus perros.
Ese día él había colgado su
cuerda de un árbol a otro y estaba jugando
a ser funambulista con un pie. Las flyers del equipo decidimos hablarle para
que nos ayudara con nuestro equilibrio y así como era él, nos invitó a probar
la cuerda. Lo logramos convencer para que llegara al próximo entreno y nos
ayudara, además lo invitamos a que entrenara con nosotras porque estábamos buscando
chicos para el equipo. En ese momento no imaginé que ese flacucho fuera a convertirse
en alguien importante en mi vida.
Después de insistirle y tratar de
convencerlo, Jony se unió al equipo. Pasó a ser una de mis bases y amigos. Era
una persona positiva, activa y le encantaba presionar hasta que no se pudiera
más. Pasamos tanto tiempo entrenando juntos, yendo a entrenos, hablando en los
tiempos libres y luego saliendo los fines de semana con otra gente del equipo,
que pronto nos volvimos muy amigos.
Estuvo en muchos momentos importantes
de esa etapa de mi vida. Vio como me enamoraba del primer gran amor que marcó
mi vida y también vio como me rompían el corazón, fue mi pañuelo de lágrimas y
el amigo que me sacaba risas y conspiraba conmigo para vengarme de mi ex. Me
enseñó a superar algunos de mis miedos y me apoyaba a seguir soñando. Me apoyó
en momentos en donde me sentí realmente sola estando lejos de mi familia y
cuando creía haber perdido a mis amigos y amigas por haberme aferrado y
dependido tanto de ese mismo tipo que me rompió el corazón.
Muchas veces llegó a sacarme de
fiestas cuando ya no quería estar ahí y me acompañó a muchas otras. Viajamos a
Xela en Guatemala y fuimos a León, México a competir juntos en el mismo equipo.
Estuvo ahí cuando logré sacar mi primer mortal y llegamos a ser capitana y
capitán de un equipo de animación. Me cuidó y me respetó estando muchas veces
bajo el efecto del alcohol y me animó a viajar por amor, aunque saliera mal.
Empacó y desempacó muchas cajas, todas las veces que me muda a un apartamento o
casa diferente. Sí, sus novias me odiaron aunque nunca haya habido nada entre
los dos, más que amistad.
Era un tipo genial, de gran
corazón y humilde. Nunca se jactó de tener más que los demás y ayudaba a quien
buscara y pidiera su ayuda. Tampoco quiero idealizarlo, sé que como ser humano
habrá tenido sus errores, pero para mí fue y será siempre uno de los mejores
amigos que la vida podría haberme dado. Juntos vivimos muchas cosas y creamos momentos,
que fuimos guardando en cajones en nuestra memoria. De vez en cuando uno de
ellos se abre y las risas, emociones y sentimientos de ese momento me invaden en
el presente y él vuelve a estar aquí.
En los últimos meses, Jony ha
sido uno de mis combustibles para seguir adelante, para crear nuevas metas,
perseguir nuevos sueños y cumplir otros. Desde aquella llamada con la noticia
que Jony había muerto, mi vida ha cambiado y mi manera de querer estar viva
también lo ha hecho. Unas semanas antes había estado luchando con los monstruos
en mi cabeza que estaban exteriorizándose y él me regresó las ganas de vivir.
Mi manera de llevar el luto fue querer hacer cosas que nunca había hecho antes
y no querer seguir posponiendo planes ni sueños. Fue por eso que decidí cambiar
mis planes de viaje para mis vacaciones y tomar una mochila para aventurarme a
cumplir con algo dejado en la lista de espera, además Jony estaba esperándome
para caminar conmigo y hacer nuevas memorias en el camino hacia Santiago.
.....Buen camino
Nota: Todas las fotos fueron tomadas por mí, durante mis días en el Camino Francés.
Hola María, bello texto,íntimo profundo y por lo tanto doloroso...
ResponderEliminarGracias por mostrarnos ese camino...
Buen día, besos suculentos..
Precioso relato para cumplir el sueño de ese amigo , ahora lo hiciste tu y es un buen recuerdo para tu amigo. Un abrazo
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