Con la mochila a los hombros por cinco días: Un relato del Camino de Santiago de Compostela - Sarria
Una mochila y una promesa Finalmente había aceptado que Jony había muerto. Después de leer una y otra vez el artículo sobre el accidente, contactar a las personas que podrían darme una respuesta e intentar cambiar mi boleto de avión para Guatemala, sin éxito, lloré. Lloré todo el fin de semana y estuve pendiente a cada mensaje que mis amigas me enviaron estando en su funeral. Una de ellas me dijo que le pondría una flor en mi nombre. Me gusta creer que estamos hechos de energía y que cuando morimos esa energía queda un rato aquí, para luego regresar al universo o de donde vengamos. Eso sentí cuando Jony dejó físicamente este mundo. Lo sentía aquí y algunas veces lo sigo haciendo. Unas semanas después tuve una pequeña participación en el espacio de un amigo que se llama “Relatos”, Jony estuvo ahí en el momento que decidí escribir mi borrador para la presentación, él me inspiró. Sentía que tenía algo que contar para inspirar a las personas a seguir vivas, era mi reg